Cuando queremos comprar un cable, o algún accesorio para nuestro disco duro de ordenador normalmente nos preguntarán si nuestro disco duro es IDE o SATA. Esta pregunta se usará cada día menos ya que discos IDE hace años que ni se fabrican, pero lo explicaré por si acaso, ya que todavía corren por algunas casas y oficinas.
IDE o SATA es el tipo de conexión que utiliza el disco duro para transmitir sus datos. La conexión IDE es un conector de 40 pins doble fila como la de la imagen anterior. Para la transmisión de datos se utilizaba cable de cinta plana, y dejaron de fabricarse discos duros con esta conexión hacia el 2010.
SATA es la conexión que sustituyó al IDE. Se trata de un conector mucho más fino, sólo con 7 pines, y que presenta una tasa de transferencia de datos mucho más alta que IDE. (600 Mbps en los últimos modelos VS. 133 Mbps del IDE). Además se estudió a fondo el diseño del cable para que ocupara el mínimo espacio posible y así mejorar el flujo de aire en la computadora necesario para mantenerla en buenas condiciones de funcionamiento.
Otra característica que hace mejor a la conexión SATA, es su menor consumo y la posibilidad de conectar “en caliente”, es decir mientras el equipo está funcionando. Además SATA elimina la necesidad de configurar el disco como “Master” o “Esclavo”, así que todo son ventajas. Actualmente Sata ya va por la version 3 de su conector, mucho más eficiente y rápido que el primero. Para funcionar al máximo rendimiento necesita que el cable sea compatible con su respectiva versión (SATA3) y que no supere la longitud de 1 metro.
Los cables de pares trenzados, o cables ethernet, son aquellos que se utilizan para transmitir datos, generalmente para conexiones a internet, y podemos distinguir varios tipos, a parte de su categoría de la que ya hablamos en este otro artículo, también pueden ser UTP o FTP.
La diferencia más destacable entre los dos es que el cable UTP no está apantallado y el FTP sí que lo está. Normalmente se recomienda instalar cables FTP cuando pasamos cerca de cables de corriente, ya que la pantalla protege a la señal que pasa por el cable de interferencias electromagnéticas.
MegaBytes y Megabits son dos términos que solemos confundir habitualmente, y totalmente normal, ya que los propios operadores de telefonía han aprovechado el hecho para despistarnos. Voy a intentar aclararlo, como siempre a efectos prácticos y poniéndome en lugar del consumidor.
Los dos términos son medidas de capacidad, pero un MegaByte es aproximadamente 8 veces mayor que un Megabit. En el momento que os disponéis a comprar cualquier aparato para vuestra red doméstica de internet, ya sea un switch, un PLC, un router, una antena wifi, … siempre os especificarán las velocidades en Megabits por segundo (Mbps), igual que cuando contratamos adsl o fibra óptica con cualquier compañía telefónica.
Por lo que si queréis saber la velocidad real a la práctica cuando descargamos archivos, y para no complicarnos demasiado deberéis dividir por 10 todo lo que compréis o contratéis. Soy consciente de que un ingeniero o técnico informático me puede dar una colleja por esto, pero a la práctica es lo más sencillo y no queda tan alejado de la realidad ya que deberíamos dividir por 8 para que fuese más aproximado, pero para comprar… un switch, por deciros algo, nos vale.
Por ejemplo: Un PLC que transmite a 500Mbps de máximo será capaz de pasar un archivo que ocupe 50MB en 1 segundo.
Otro ejemplo: Si tienes 10Mb contratados con tu compañía telefónica, tu ordenador descargará archivos a velocidades de 1MB por segundo aproximadamente (siempre que los 10Mb sean reales).
El USB es uno de los puertos más utilizados por infinidad de dispositivos en sus diferentes formatos. A lo largo de los años se ha tenido que ir adaptando a las necesidades de la tecnología que se iba lanzando al mercado y ha variado en ocasiones su tamaño como son los casos del mini USB y el micro USB.
Lo mismo ha sucedido con su velocidad. La capacidad de nuestros discos duros ha ido aumentando y al mismo tiempo el tamaño de nuestros archivos. Por eso el USB 2.0 ha perdido eficacia, aunque de momento es el más extendido, con su tasa de transferencia de 480 Mbps. El USB 3.0, a diferencia de este, transfiere a 4,8 Gbps, lo que significa que es 10 veces más rápido que su antecesor, además de ser capaz de proporcionar 900mA de corriente contra los 500mA del USB2.0, por lo que es capaz de cargar nuestros dispositivos más rápidamente.
Pero, ¿cómo podemos distinguir un puerto 3.0 si físicamente és igual que un 2.0? Porque la base de todos los conectores USB 3.0 es de color azul. Podemos conectar dispositivos USB 2.0 en bases 3.0 y viceversa, són totalmente compatibles, pero siempre que los mezclemos la velocidad de transferencia será como un 2.0. Por lo tanto, para que la velocidad sea la de un USB 3.0, tanto dispositivos como cables deben ser compatibles y la base de sus conectores debe ser de color azul.
Muchos tememos perder esos recuerdos de nuestras primeras filmaciones con las famosas cámaras de vídeo compactas de finales de los 80 y los años 90. No es nada difícil digitalizar estos recuerdos para tenerlos guardados en el disco duro de nuestro ordenador, o en un cd o dvd con una sencilla capturadora de vídeo, pero la realidad es que la tecnología cambia y cada vez es más complicado encontrar reproductores para los formatos en los que se guardaban estos documentos de tanto valor emocional.
Capturadoras de vídeo las hay de muchas calidades y diversos precios. Para nuestro cometido con una capturadora usb sencilla de unos 20 euros tenemos suficiente ya que, por el poco dinero que cuestan, suelen incluir un software propio para la edición de nuestros vídeos que, aunque de manera muy sencilla, permiten el objetivo principal, que es salvar los recuerdos que nos importan.
Para ello solo tenemos que instalar nuestra capturadora y su software de edición, y conectarla mediante un cable RCA al conector de salida de vídeo de nuestra cámara reproduciendo la cinta a copiar, o a nuestro reproductor VHS a través de la salida de euroconector, o cualquier aparto que reproduzca el formato en el que tengamos guardada nuestra filmación. También hay empresas que se dedican a ello, claro que nos costará bastante más dinero y no tendremos la satisfacción que genera el trabajo hecho por uno mismo. ¡Ánimo, y a digitalizar!
En ocasiones nos encontraremos conexiones de audio y vídeo imposibles que queremos realizar y no sabemos por qué no funcionan. Os explicaré lo más claro posible por qué sucede y qué soluciones podemos encontrar.
Antes de proponeros distintos casos posibles tenéis que saber algo. Existen dos tipos de señales:
Señales analógicas, que las transportan básicamente estos conectores a nivel doméstico:
Señales digitales, que las transportan estos otros conocidos también entre muchos otros:
“Quiero conectar un HDMI al Euroconector”
Os podéis encontrar en este tipo de casos al querer conectar una play station 4 a una tele antigua o un reproductor de blu-ray entre otros. Este tipo de señales son incompatibles entre si. HDMI es un señal digital de alta definición i Euroconector es analógica. Para solucionarlo existen conversores de señal HDMI a 3RCA como el de la imagen.
No compréis cables HDMI a Euroconector o a 3RCA directo como los que se pueden encontrar en algunas webs y en bazares chinos porque no funcionarán nunca.
“Quiero conectar un video VHS a mi nuevo televisor ultramoderno 4K que he comprado”
En este caso ocurre lo mismo pero en sentido contrario. Hay que transformar la señal de 3RCA a HDMI. No nos sirve el mismo conversor que anteriormente, ya que este tipo de aparatos tienen dirección (solo convierten la señal en un sentido), así que hay que comprar el conversor contrario.
“Quiero ver mi ordenador en mi televisor, pero no tiene conexión VGA”
Pues estamos en el mismo problema. La señal VGA, todo y siendo una señal analógica, no es compatible con Euroconector ni HDMI, así que existen otro tipo de conversores de señal como los siguientes.
No hace falta decir que lo mismo en sentido contrario y con otro conversor, ya que tienen dirección (la señal solo convierte en un sentido).
“Quiero conectar mi televisión a mi equipo HI-FI por la salida óptica del televisor, pero el equipo es antiguo y no tiene entrada óptica”
Aquí también necesitamos convertir la señal óptica del televisor a señal analógica de los 2RCA o Jack de 3,5mm de la entrada del equipo HI-FI para cumplir nuestro objetivo de hacer sonar la televisión por los altavoces de nuestro equipo. No es tan costoso como en casos anteriores, ya que solo hay que convertir audio.
Estos son los casos más típicos en los que hacen falta conversores. Si os encontraseis con otro o tuvieseis dudas al respecto no tenéis mas que dejar un comentario en este post, y si te ha gustado comparte.
Como muchos sabréis, Apple acaba de lanzar al mercado su nuevo iPhone7 y junto a ellos los AirPods: unos auriculares inalámbricos con los que la marca quería solucionar el problema de los enredos y la molestia de los cables. En cuanto se supo la gente empezó a bromear sobre el hecho de que valen un dineral y son muy fáciles de perder. Pues, ojo al dato, alguien ha visto negocio en ello y ha inventado unos cables para no perder los AirPods.
Funcionan como los típicos cordones de atar las gafas para llevarlas colgadas al cuello y que no las perdamos. Yo los compraría, no puedo vivir sin cables.
Una de las decisiones típicas que os encontrareis cuando queráis comprar un cable ethernet, ese cable que va del router a cualquier dispositivo que necesite internet, es elegir entre categoría 5e o categoría 6. Lo cierto es que os funcionará tanto uno como otro y practicamente no encontrareis diferencias, pero alguna tiene.
No me voy a liar con velocidades ni datos técnicos varios y voy a ir al grano y de cara a resultados para el usuario final. Son lo mismo solo que el cat6e está certificado, o sea que está demostrado que alcanza su velocidad máxima, además de que pierde menos velocidad en relación al augmento de longitud gracias a que tiene más ancho de banda. Para que nos entendamos: la señal llega más pura en categoría 6 y por eso puede ser que se midan mejores registros de velocidad con este tipo de cables cuando la senyal llega a nuestro dispositivo sediento de señal de internet.
En conclusión: si necesitáis un cable corto (no más de 5-7 metros) no vais a notar la diferencia más que en el precio de compra. Sí que es posible que en el futuro existan aplicaciones/dispositivos que demanden más ancho de banda y notemos la diferencia pero hoy por hoy, y en instalaciones domésticas y de corto recorrido, no merece la pena la diferencia.
Si os acercáis a la sección de cables de cualquier centro/tienda que se dedica a venderlos, o de cualquier tienda online como la que os estoy preparando, podréis ver que existen diferentes tipos de “calidad”, además de diferentes versiones de cable. Con lo de versiones me refiero a que veréis que unos son HDMI 1.3, HDMI 1.4, HDMI 2.0, incluso HDMI 2.1. Además os ofrecerán cables de diferente precio, justificando este como que son de mayor calidad.
La realidad es que no existe cable HDMI que transmita “con mayor calidad” que otro, la única variación puede venir de la calidad de construcción del cable, o la resistencia a impactos y tirones, en defintiva, la duración de este. Por eso hay que tener en cuenta el uso al que va destinado: si lo vamos a quitar y poner mucho, o lo vamos a dejar puesto en una instalación fija, es lo que debería determinar nuestra decisión en el abanico de “calidades” dentro de una misma versión de cable.
Lo que sí que es cierto es que hay diferentes versiones de cable y cada una con su memoria histórica y capacidad de transmisión según necesidades de la época. Voy a profundizar un poquito en esto, sin entrar en datos técnicos, porque es algo que llama la atención. En su momento los cables HDMI 1.0 fueron creados para unir audio y video en un mismo conector, no siendo diferente de un conector DVI pero con audio. El siguiente paso fué transmitir señales de reproductor de DVD al televisor. Se creó la versión 1.1, que mejoraba el audio para cine, creyendo que poco más sería necesario en un cable de estas características.
Tres años después llego la versión 1.2. Los ordenadores comenzaban a incorporar puertos HDMI y se necesitaba un cable que fuera capaz de soportar los diferentes formatos de vídeo y resoluciones de las pantallas de los PC.
Un año más tarde aparece la versión 1.3 en la que se mejora notablemente la transmisión de audio utilizada en los HD-DVD i Blue-ray, además de mejorar la calidad de transmisión de colores que necesitaban las PlayStation3 y Xbox de la época. Aparece el mini HDMI, en principio destinado a videocámaras.
En 2009 aparece la versión 1.4, capaz de transmitir resoluciones superiores al Full HD, o sea, el famoso 4K a 24Hz. También es capaz de transmitir vídeo en 3D y aparece el micro HDMI pensado para implementarlo en móviles y cámaras digitales.
La versión 2.0 apareció en 2013 para adaptarse a las necesidades de las nuevas tecnologías. Lo más destacado de esta versión es que amplía destacadamente el ancho de banda del cable, para que me entendáis, amplía carriles de su autopista de datos, para mejorar sustancialmente la capacidad de transmisión de audio y soporta 4K a 60Hz y HDR dinámico.
Por último, la versión más reciente actualmente: la versión 2.1 que soporta hasta 8K de resolución a 120Hz. Se ha tenido que implementar un nuevo tipo de cable llamado 48G para poder conseguir ampliar el ancho de banda.
A día de hoy comprar un cable HDMI 2.1 no vale la pena a no ser que tengamos equipos que lo demanden en sus especificaciones, pero si queremos estar a la última “por si me sirve algún día” podemos comprarlo a modo de prevención, aunque para cuando los aprovechemos realmente, habrán bajado bastante de precio, ya que su fabricacióbn estará más normalizada.
Otra cosa importante sobre los HDMI a tener en cuenta: Llegaron y se usaron principalmente para sustituir al euroconector pero el tipo de señal que transmite es diferente, así que no existen cables de euroconector a HDMI ni viceversa. Por mucho que los chinos nos los quieran vender en sus tiendas NO FUNCIONAN. En el caso de querer conectar uno con otro necesitaremos un conversor de señal. Más adelante os hablaré sobre esto.
Este es uno de los problemas típicos que me encuentro en el día a día. “Me han dicho que hay un cable con el que lo puedo conectar…” “es que mi vecino se baja una aplicación y ve el fútbol enchufando el móvil a la tele…” etc, etc. Bueno, que sepáis que no todos los smartphones se pueden conectar al televisor y muy pocos se pueden conectar con cable, pero la mayoría lo pueden hacer mediante varios métodos alternativos. Voy a ello:
Para Android
Podemos conectar el dispositivo inalámbricamente usando la tecnología Miracast de la que disponen muchos televisores, y los pasos a seguir són bastante simples. Solo hay que “compartir la pantalla” a través del menú “Ajustes”, y desde la opción “Pantalla”. Lo podemos encontrar en diferente lugar según el fabricante, pero no suele variar demasiado.
En el televisor, tendremos que buscar las “opciones de conectividad Miracast Wi-Fi” y sincronizar los dos dispositivos mediante el menú de tu televisor. Una vez enlazados, podremos ver un calco de nuestra pantalla del movil refejada en nuestra pantalla del televisor gracias a la red inalámbrica Wi-Fi creada entre ellos.
Otra opción es conectarlo mediante cable. Vía HDMI si vuestro móvil dispone de él, o con un adaptador MHL a través del micro usb o el conector de carga de vuestro smartphone que seguramente tendréis que comprar. ¡Ojo! no todos los dispositivos disponen de tecnología MHL. Para ello os dejo un enlace donde aparece una lista con todos los dispositivos que disponen de MHL. Si compráis un adaptador y vuestro móvil o tablet no tiene MHL no irá.
Para iPhone o iPads
Podemos conectar el dispositivo inalámbricamente usando el mismo sistema Miracast que os he contado en el primer y segundo párrafo de Android, con sus respectivos cambios en lo que se refiere al menu de iOs.
Otra opción es conectarlo mediante cable. Apple vende como accesorio oficial, por unos 50 euros, un cable con el que podéis conectar sus dispositivos al HDMI de vuestro televisor. El problema és que solo os permite ver el contenido almacenado en vuestro iPhone o iPad, navegar y usar alguna aplicación como Youtube, por lo que si queréis ver cualquier otra aplicación, como puede ser un juego o alguna que retransmita eventos deportivos online en vuestro televisor, no podréis hacerlo.
Hasta hace poco solo existía esta opción, pero ya sabemos que los hackers no dejan de investigar y ya existe un cable que permite conectaros a vuestro HDMI del televisor con cualquier dispositivo de la marca a través de airplay, disponible también en nuestra tienda online. Os dejo un vídeo que, aunque mal grabado, me ha parecido bastante claro y directo, más que nada para que veáis que funciona. Poco a poco intentaré grabaros vídeos propios que os ayuden con más claridad.
Para todas las plataformas
Existe una última opción que sirve para todos los dispositivos siempre que tengais iOs7 o superior, o Anroid 4.2 o superior.
Se trata de un dispositivo inventado por Google de tamaño de un pulgar, que conecta directamente al HDMI del televisor y a tu dispositivo inalámbricamente mediante una aplicación que deberás descargar. Cómo no, ya existen centenares de copias baratas que realizan la misma función, si más no, parecida, y también las podéis encontrar en la tienda de Zapìcables.
Aquí encontraréis todo lo relacionado con tecnología, además de soluciones a problemas de conexionado habituales, que és el objetivo principal de este blog. Intentaré facilitaros dudas y os daré trucos para ahorraros problemas a la hora de conectar cualquier dispositivo a otro.
HDMI, jack, RCA, toslink, RJ45, … Si no sabéis que cable necesitáis o no funciona al conectarlo ¡éste es vuestro blog!
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